Se refleja la paz en tu semblante
como un clavel en el cristal del río,
y tus lágrimas son blanco rocío
que humedece tu rostro rozagante.
Blancor de Primavera exuberante
tiene el manto de Reina que con brío
a tu cuerpo se abraza y blanquerio
el peso de tu palio deslumbrante.
¡ Todo es blancura en ti !. Blanca la calle,
blanca la tarde y blanca la andadura
de tus graves y blancos penitentes.
La ciudad de Sevilla es como un valle
de jazmines y nardos que, impacientes,
florecen en la paz de tu hermosura.
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