domingo, 27 de enero de 2019
Luis Rosales.
Con un temblor de nieve en la dulzura
de la sombra morena y sonrosada,
en tu pálida carne lastimada ceñida
está la luz por la blancura.
Luz sóla desde el llanto a la tersura,
azucenas de nieve desvelada,
y el aroma del mar en tu mirada
de claveles y arcángeles clausura.
Te hace el amor severa la tristeza,
la mano el agua y el laurel
el ruego que en su dorada perfección te inmola.
La intensidad mantiene la pobreza,
y en la mansa ribera del sosiego
todo está en ti, que permaneces sola.
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Luis Rosales.
El sabio siempre quiere aprender, el ignorante siempre quiere enseñar.
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